Autor: Amor Towles
Edición: Salamandra, Barcelona 2018
«Condenado a muerte por los bolcheviques en 1922, el conde Aleksandr Illich Rostov elude su trágico final por un inusitado giro del destino. Gracias a un poema subversivo escrito diez años antes, el comité revolucionario conmuta la pena máxima por un arresto domiciliario inaudito: el aristócrata deberá pasar el resto de sus días en el hotel Metropol, microcosmos de la sociedad rusa y conspicuo exponente del lujo y la decadencia que el nuevo régimen se ha propuesto erradicar. (...). Erudito, refinado y caballeroso, sin profesión conocida pese a estar ya en la treintena, Rostov se ha dedicado con auténtica pasión a los placeres de la lectura y de la buena mesa. Ahora, en esta nueva y forzada tesitura, irá construyendo una apariencia de normalidad a través de los lazos afectivos con algunos de los variopintos personajes del hotel, lo que le permitirá descubrir los jugosos secretos que guardan sus aposentos. Así, a lo largo de más de tres décadas, el conde verá pasar la vida confinado tras los inmensos ventanales del Metropol mientras en el exterior se desarrolla uno de los períodos más turbulentos del país» (de la contraportada).
Comencé a leerlo el año pasado, pero lo dejé, no recuerdo bien por qué (quizá me recordó al tono de las novelas de P. G. Wodehouse, que nunca me han hecho especial gracia). Animado por la opinión de lectores fiables, le volví a a dar una oportunidad y ha sido un disfrute. El tono es ligero, pero no superficial, divertido, sin ser hilarante, y, sobre todo, el conde es un personaje muy amable y de muy buen corazón, pero no empalagoso. El 90 % del tiempo lo pasas con una sonrisa en la boca. Un manera digerible de asomarse a una época horrorosa de la historia reciente. Muy recomendable.
